Se
dice que los opuestos se atraen cuando se ve parejas que parecen tener poco en
común aunque en la mayoría de los casos se refieren a aspectos externos como
diferencias de edad, procedencia, cultura y no tanto a características de
personalidad. Lo cierto es que la atracción puede surgir entre las personas sin
importar qué tan parecidas o diferentes son. No obstante, la atracción por sí
sola no garantiza la posibilidad formar una relación o consolidarla a largo
plazo.
Construir
una relación de pareja es algo más complejo. Hay diversos factores que entran
en juego, algunos más determinantes que otros. Los intereses similares, las
vivencias, la crianza y los valores compartidos son importantes para lograr un
entendimiento a la hora de tomar decisiones, resolver problemas y lograr una
relación de pareja estable. Sin embargo, algunas diferencias pueden ser vistas
como inaceptables para la familia.
Una
de las dificultades que pueden surgir para una pareja de edades o condiciones
socio-económicas diferentes es la opinión negativa e intromisión de la familia.
Lo que se quiere y busca en una pareja no siempre concuerda con lo que los
padres desean para el hijo o hija.
Los
padres, que intentan buscar siempre lo mejor para sus hijos, tienden a evaluar
a cualquier pretendiente o pareja como inadecuado. Nadie estará nunca a la
altura de lo que se merecen sus hijos o hijas. ¿Qué puede estar sucediendo?
En
algunos casos los padres pueden sentir que sus hijos son una extensión de ellos
mismos y sus propios deseos son trasladados a ellos. Se busca decidir por
ellos, porque creen que es lo mejor y saben lo que más les conviene.
Cuando
se da el caso que no están de acuerdo con la elección de pareja de los hijos,
habría que preguntarse: ¿se tiene la convicción de que la relación de pareja
puede ser dañina para alguno de los implicados o los argumentos están
sostenidos en prejuicios o estereotipos sociales rígidos? ¿Se busca aconsejarlo
para darle otra perspectiva y evitarle sufrimiento o es que no se acepta que
son adultos y se les sigue viendo como niños que necesitan ser protegidos y
guiados en cada paso de su vida?
Toda
relación saludable se basa en el respeto, la consideración y la confianza. Esto
es válido también para las relaciones familiares. No es sencillo aceptar que
los hijos son personas independientes, que tienen derecho a tomar sus propias
decisiones, cometer sus propios errores y tener la pareja que crean conveniente,
pero es necesario dejarlos crecer y apoyarlos en el camino que ellos escojan.
Adhara
Ampuero Sala
Psicóloga
Clínica – Psicoterapeuta
C.Ps.
P. 8482Cel. 997 363 962
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