miércoles, 13 de julio de 2016

¿Parejas disparejas?

Se dice que los opuestos se atraen cuando se ve parejas que parecen tener poco en común aunque en la mayoría de los casos se refieren a aspectos externos como diferencias de edad, procedencia, cultura y no tanto a características de personalidad. Lo cierto es que la atracción puede surgir entre las personas sin importar qué tan parecidas o diferentes son. No obstante, la atracción por sí sola no garantiza la posibilidad formar una relación o consolidarla a largo plazo. 
Construir una relación de pareja es algo más complejo. Hay diversos factores que entran en juego, algunos más determinantes que otros. Los intereses similares, las vivencias, la crianza y los valores compartidos son importantes para lograr un entendimiento a la hora de tomar decisiones, resolver problemas y lograr una relación de pareja estable. Sin embargo, algunas diferencias pueden ser vistas como inaceptables para la familia.
Una de las dificultades que pueden surgir para una pareja de edades o condiciones socio-económicas diferentes es la opinión negativa e intromisión de la familia. Lo que se quiere y busca en una pareja no siempre concuerda con lo que los padres desean para el hijo o hija.
Los padres, que intentan buscar siempre lo mejor para sus hijos, tienden a evaluar a cualquier pretendiente o pareja como inadecuado. Nadie estará nunca a la altura de lo que se merecen sus hijos o hijas. ¿Qué puede estar sucediendo?
En algunos casos los padres pueden sentir que sus hijos son una extensión de ellos mismos y sus propios deseos son trasladados a ellos. Se busca decidir por ellos, porque creen que es lo mejor y saben lo que más les conviene.  
Cuando se da el caso que no están de acuerdo con la elección de pareja de los hijos, habría que preguntarse: ¿se tiene la convicción de que la relación de pareja puede ser dañina para alguno de los implicados o los argumentos están sostenidos en prejuicios o estereotipos sociales rígidos? ¿Se busca aconsejarlo para darle otra perspectiva y evitarle sufrimiento o es que no se acepta que son adultos y se les sigue viendo como niños que necesitan ser protegidos y guiados en cada paso de su vida?
Toda relación saludable se basa en el respeto, la consideración y la confianza. Esto es válido también para las relaciones familiares. No es sencillo aceptar que los hijos son personas independientes, que tienen derecho a tomar sus propias decisiones, cometer sus propios errores y tener la pareja que crean conveniente, pero es necesario dejarlos crecer y apoyarlos en el camino que ellos escojan.

Adhara Ampuero Sala
Psicóloga Clínica – Psicoterapeuta
C.Ps. P. 8482
Cel. 997 363 962

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